Un viaje a las Islas Malvinas

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Javier Ramos, veterano de Malvinas, se enorgullece al ver que la gente deja de darle la espalda a la guerra y admite: “si tuviera que volver a hacer todo lo que hice lo volvería a hacer”. Hoy sigue peleando por la causa y participa de un programa de radio dedicado exclusivamente al tema.

Hace ya 30 años que por primera vez Javier pisó las islas y recuerda que, con tan solo 18, lo subieron a un avión sin asientos y sin explicaciones sobre a dónde se dirigían. Luchó durante tres meses antes de que lo tomaran prisionero y a su regreso se le prohibió que hablara.

Actualmente, luego de haber defendido a la Argentina en la Isla Borbón y de haber estado prisionero en Bahía Ajax, trabaja para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y afirma que, para lograr ser aceptado en lo que él llama una “sociedad exitista”, tuvieron que pasar 25 años.

"Yo no elegí ir a las islas, a mi me tocó. Pero estoy muy orgulloso de haber defendido a mi país".
“Yo no elegí ir a las islas, a mi me tocó. Pero estoy muy orgulloso de haber defendido a mi país”.
Foto: Andrea García

¿Qué fue lo que más te impactó en lo personal?

Impactar… Creo que el ver el derribo de nuestros aviones fue lo que más me shockeó. Un día vi la secuencia del derribo con toda claridad. Fue el 1ro de junio. Un jet estaba haciendo misiones de diversión, que son tareas de distracción para generar en la tropa enemiga la idea de que es un avión de ataque, aunque en realidad no lo es. Miramos para arriba, y el jet recibe un misilazo de una fragata que estaba a pocos kilómetros de nuestra isla. No se salvo nadie.

Estando ahí, ¿notabas mucho la diferencia de armamentos?

Estando ahí no. Lo noté con el correr del tiempo cuando caigo prisionero y me voy enterando de cosas, en el momento no. Para mi ellos tiraban tiros de un lado y nosotros del otro. Pero a medida que fueron pasaron los años y me fui interiorizando en el tema descubrí que tenían cosas más avanzadas que nosotros, aunque la verdad es que en otras cosas no había tanta diferencia.

Pero si en ese momento no era notable la diferencia, ¿cómo se tomaron la rendición? ¿Les mandaban información desde Buenos Aires?

Nosotros no recibíamos ningún tipo de información, de hecho nunca recibí cartas de mis viejos quienes me escribían entre una o dos por día. Las noticias que teníamos eran totalmente triunfalistas y no teníamos otro tipo de información, asique nos tomó completamente por sorpresa la firma de la rendición. Fue desconcertante porque por un lado era un alivio saber que  se había terminado todo y que había zafado, pero por otro lado da mucha bronca poner tanto esfuerzo para nada. No dábamos más pero la realidad es que hubiésemos seguido. Además, en mi caso particular, caí prisionero en Bahía Ajax. Llegaron los ingleses y nos obligaron a entregar el armamento. No fue hasta las 13:10 del 15 de junio que nos avisaron por radio que se había firmado la rendición. Para ese momento el helicóptero inglés ya había llegado. No les tiramos de milagro.

Entonces no volviste apenas terminó la guerra. ¿Fue distinto tu retorno a Buenos Aires del de los veteranos que no fueron prisioneros?

Claro, la vuelta en mi caso particular fue un mes después de finalizado el conflicto por haber quedado prisionero. Bajamos en Puerto Madryn a la mañana y había varios micros con los vidrios pintados de negro esperándonos. Esa fue nuestra recepción, asique de héroes, nada. No pretendíamos un recibimiento con una banda militar y un desfile porque éramos conscientes de que habíamos perdido. La verdad es que tenía mi noción de que vivíamos en una sociedad exitista pero no pensé que para tanto.

¿Desde el gobierno también los acallaban?

Antes de salir de las islas nos hicieron firmar una especie de declaración jurada que decía que teníamos terminantemente prohibido hacer cualquier tipo de declaración ante la radio, televisión, diario, o cualquier medio de difusión. Esto incluía también a nuestras familias y amigos. Si no firmabas, no volvías.

Hoy participás de un programa semanal de radio que conduce Norberto Lafussa y que está dedicado puramente a la causa Malvinas, ¿por qué lo haces?

Al primer programa que me invitó el ingeniero Norberto Lafussa, que es un acérrimo y excelente defensor de la causa Malvinas, fui justamente como invitado. Me invitó al segundo programa, pero al tercero me pidió que me quedara . La realidad es que yo pensaba que no podía hacer un aporte importante, pero no le podía fallar. Salvo una vez que tuve una laringitis que no podía ni hablar, siempre estuve ahí. Norberto, entre otras muchas personas, con su muestra de cariño y afecto hacia lo que fue la gesta de la recuperación de las islas, es parte de un grupo de la sociedad que nos ha devuelto la dignidad que perdimos cuando volvimos. ¿Cómo iba a decirle que no? Es imposible. Para nosotros es una caricia para el alma que alguien se preocupe, se interese, te pregunte y quiera saber cosas después de tantos años que tuvimos que mantener la boca callada.

¿Qué opinas de los intentos del Gobierno de recuperar las Malvinas?

El intento de recuperación de las islas siempre debería haber sido por las vías diplomáticas. Que no se me mal interprete, si tuviera que volver a hacer todo lo que hice lo volvería a hacer, aunque no en las mismas condiciones. Lo ideal es hacerlo por las vías diplomáticas. En una guerra perdemos todos: ellos, nosotros, su familia, la nuestra. Las guerras no son buenas, es el último recurso y no deberían existir.  En vez de gastar tanta guita en armamento deberían buscar curas para enfermedades o no sé, algo que ayude a la humanidad. De todas formas, me parece bárbaro que no se deje de reclamar el derecho de soberanía sobre las islas. Este gobierno, el anterior, el que viene, todos. Que hubo gobiernos que no hicieron las cosas bien, sí. Hay maneras como la del osito Winnie Pooh que no funcionan.  Así no las íbamos a recuperar. Todos los intentos que se hagan, igual, me parecen válidos. Hay que hacer reclamos, hay que pedir constantemente que nos devuelvan lo que es nuestro. No es que estamos pidiendo que nos den Madagascar por que nos gusta y hace calor todo el año. Es un lugar totalmente inhóspito pero es nuestro.

 “Es una caricia para el alma que alguien se preocupe y se interese después de tantos años que tuvimos que mantener la boca callada”

Hoy, además de la radio perteneces a un grupo de personas que luchan por la misma causa. Pero, ¿por qué no un grupo de veteranos?

Estuve tentado los primeros años por muchos centros de participar. En esos tiempos tenía la cabeza muy cerrada, y cada nota que me llegaba la leía hasta el último detalle. Pero donde encontraba una palabra que me desagradaba los descartaba. La verdad es que no tenía la cabeza fresca como para separar a aquellos militares que no estaban a las alturas de las circunstancias de aquellos que se habían comportado casi como padres con algunos de nosotros. Entonces todo lo que era relacionado con los militares, que en ese tiempo me estaban prohibiendo contar cosas, lo desechaba. Por eso no formé parte de ningún centro durante años. Eso fue hasta que encontré este grupo de gente que tenemos. No formo parte de un centro de veteranos pero si formo parte de un grupo de gente que nos auto-llamamos “Banda de hermanos” ya que realmente nos comportamos de esa manera. No perseguimos ninguna bandería política, más allá de que cada uno tenga su propio punto de vista, porque el tema Malvinas lo hablamos por un lado y política por otro. No mezclamos los tantos, no queremos que se politice. Más allá de que la recuperación de las islas tenga que ver con el tema político, eso se lo dejamos a los que saben, a los embajadores o a quien le corresponda.

Cuando volviste a Buenos Aires tuviste que mentir sobre que eras veterano para conseguir trabajo. Ahora si decís que sos veterano, ¿cómo es el trato de la gente?

Ahora los tiempos han cambiado un montón.  Hace 5 años que la cosa empezó a revertirse. De ser  “los loquitos de la guerra” pasamos a que por lo menos mucha gente no te de vuelta la cara. Sigue habiendo gente con sus vueltas y lo entiendo. Si no te interiorizas en el tema y prejuzgas, es como el que dice que los músicos son todos drogadictos. Esto es más o menos lo mismo, piensan que estamos todos locos, y la gente prejuzga, pero por suerte, en los últimos años, los tiempos han ido cambiando.

Los prisioneros de San Carlos viajaron a Bahía Ajax en el buque “St. Edmond”.
– Crédito: Javier Ramos –
Al volver, Javier tardó dos años en recuperarse completamente de la guerra.
– Crédito: Javier Ramos –

One thought on “Un viaje a las Islas Malvinas

    Dolores Arrieta said:
    November 18, 2012 at 10:30 pm

    Andrea:
    El entrevistado y el texto son interesantes. Hiciste, también, un buen trabajo visual con las fotos que te aportó Ramos. El material que reservaste para el video también es atractivo. Es una entrevista que tiene interés periodístico y es entretenida para leer.

    Hay, sin embargo, algunos errores que no son menores.
    -El titular suena un poco trillado.
    -Los párrafos introductorios no repiten la información de la bajada. Es un error grave, porque en realidad el primer párrafo es independiente de la bajada.
    -En las citas directas, después de los dos puntos y las comillas de apertura se escribe mayúscula. Es un error grave.
    -En la primera pregunta, la frase “en lo personal” es redundante. Debiste precisar que la pregunta hace referencia a la guerra.
    -Faltan tildes en “mí”, “salvó”, “sí”, “pertenecés”, “interiorizás” y “prejuzgás”. Es un error grave.
    -Revisá cómo escribiste “así que”. El error se repite dos veces.
    -Faltan, también, algunas comas.
    -Las comillas de apertura del destacado están al revés.
    -Buscá en el manual de normativa cómo se escriben las cifras.
    -Los entrevistados se mencionan primero por el nombre y el apellido y luego solo por el apellido. Repasamos la regla en clase en varias oportunidades.
    Más allá de estas correcciones, el trabajo está aprobado. Subiremos las notas al blog el lunes. En caso de que quieras una devolución personal exhaustiva, estaré el miércoles en la facultad en el horario del recuperatorio.
    Saludos,
    Loli

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